martes, mayo 10, 2011

Opinio Juris


Conflicto armado y derechos humanos
Por
Rafael Rincón Patiño

En Colombia la derecha se interesa en no llamar al conflicto armado por su nombre; la categoría conflicto armado ha sido vetada por el ex presidente Uribe V. con el ánimo de legitimar su guerra. Nombrar el conflicto armado, según el Nro. Uno, es hacerle concesiones graves al terrorismo. Es tan grave decir conflicto armado como pronunciar la palabra despeje en el modelo amigo-enemigo.

Obviamente, no es una prohibición inocente, no es un ejercicio de programación lingüística; su exclusión tiene hondas repercusiones, especialmente en el tema de los derechos humanos. Negar el conflicto armado significa, por ejemplo, hacer caso omiso a las leyes de la guerra. Un guerrillero en el conflicto armado es un combatiente, sin conflicto armado, es un terrorista; un disidente en el conflicto armado es un opositor, en el terrorismo es por lo menos un idiota útil del terrorismo.

La negación del conflicto armado sirve como arma para negar los derechos humanos, no solo de los guerrilleros, sino de todos los opositores del Estado y de la ciudadanía en general. Por eso la derecha acude a llamar terroristas a sus adversarios, para quitarles legitimidad, y cuando no puede hacerlo directamente, acude al prefijo ex para eludir la acción judicial por calumnia (Ex terrorista por ejemplo).

En el modelo terrorista los violadores de los derechos humanos son héroes que han caído en desgracia; en esa lógica los violadores de los derechos humanos pueden ser defendidos con recursos públicos.

Con conflicto armado la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento; con terrorismo la paz es un obstáculo para eliminar al adversario.

Hablar de conflicto armado sin carácter internacional implica que el conflicto armado es regulado quiéranlo o no las partes en combate.

Es tan necio negar el conflicto armado interno como negar las acciones terroristas. Son los jueces quienes definen preliminar y finalmente si los delincuentes incurren en rebelión, sedición, asonada, concierto para delinquir, secuestro, desaparición forzada, o terrorismo.

Medellín, 10 de mayo de 2011.

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