Segunda Opinión

Salomón Kalmanovitz | 5 Marzo 2008 - 11:55pm
La independencia de la justicia

Por: Elespectador.com

La razón fundamental para que existiera la independencia del sistema judicial frente al resto de poderes en la historia de Occidente fue para que el Gobierno no pudiera utilizarlo para perseguir a sus enemigos o para defender los crímenes de sus amigos. De esta manera, se introdujeron mecanismos que buscaban impedir que magistrados y jueces fueran nombrados por el Ejecutivo, acudiendo en algunos casos a los nombramientos vitalicios de la Corte Suprema, a la cooptación entre las mismas cortes y, en otros, a la intervención del Legislativo para neutralizar el Poder Ejecutivo.
En la América española el legado de una justicia sometida al rey y una historia de escasa estabilidad política y de poco equilibrio entre los poderes hizo difícil establecer el principio de un sistema de justicia blindado contra las interferencias del poder central. La Corte Suprema colombiana entró a ser muy independiente paradójicamente al introducir el carácter vitalicio de los nombramientos en la Constitución de 1886 por un gobierno que empacó la Corte de conservadores. Sin embargo, esa tradición se debilitó en la Constitución de 1991, que permitió que la Corte Constitucional tuviera períodos de sólo ocho años y que se vaciara en su mayoría de una sola vez.Es particularmente grave que el Presidente de la República ataque a la Corte Suprema, en especial cuando está investigando a sus aliados políticos y a un familiar. El Presidente escogió perseguir a sus investigadores tratando precisamente de que el aparato judicial se volviera contra sí mismo y castigara al Presidente de la Corte Suprema. A un eurodiputado le pareció tan anómala la situación, que dio una declaración pública, considerando que abría una brecha enorme en el imperio de la ley que debe exhibir todo país medianamente democrático.El primero que debe obedecer la ley es obviamente el Presidente de la República. En alguna ocasión, un juez conminó al entonces alcalde Antanas Mockus y su reacción inmediata fue la de decir que se sometía sin condiciones a los dictámenes de ese juez porque él, como mandatario, era el primero que debía obedecer al Poder Judicial y dar ejemplo al resto de ciudadanos.El ex ministro de Interior y de Justicia Londoño Hoyos sostiene que el sistema de justicia es doloso cuando encuentra culpables de abusos a algunos individuos que hacen parte de las fuerzas de seguridad del Estado. Supone en grado extremo su inocencia y no acepta que sean vencidos en juicio. Es muy extraño que un administrador de justicia se manifieste de esa manera. No es de sorprender que fuera sancionado por acusar y difamar a un juez, cuya actuación fue encontrada en derecho por los organismos de control.Para Londoño no existen crímenes contra los que llama despectivamente paramamertos ni el atentado contra el representante Wilson Borja merece un juicio. No le he escuchado una crítica a los asesinatos en masa, desapariciones, fosas comunes, violaciones, desplazamiento forzoso de al menos dos millones y medio de personas que perpetraron paramilitares; en algunos casos, ellos fueron auxiliados o su trabajo de exterminio fue ignorado por las fuerzas de seguridad presentes en el área, en una falta evidente de diligencia en la defensa de la vida de los ciudadanos que deben proteger.En alguna ocasión Londoño humilló a un hijo de inmigrantes libaneses que quiso encomendarse al Dios de Colombia. "Sólo los cristianos viejos podemos hacerlo", le enrostró. Eso significa que cuenta con certificado de pureza de sangre, no contaminada de ancestros islámicos, judíos, indígenas o africanos. Sangre libre de pecado, cuyo portador tiene un fuero especial: puede cometer crímenes pero no puede ser juzgado por los jueces ordinarios. Quizás esa es la idea de justicia que todavía sostienen personas que han desempeñado o desempeñan altas responsabilidades políticas en el país. ¿Será posible?
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