Mazmorra La Alpujarra
Por
Rafael Rincón P.*
"Si es necesario cometer
una injusticia para que no se derrumbe el universo,
deja que el universo se derrumbe."
José F. de Rpo.
El edificio en donde funciona la
justicia en Medellín lleva el nombre del educador y magistrado envigadeño José Felix de
Restrepo. Él, con Juan del Corral, en el siglo XVIII, fue el autor de la Ley de
libertad de vientres de los esclavos y es reconocido como el pionero de
liberación de los esclavos en Antioquia
Lamentablemente hoy el sótano del
edificio del Palacio de Justicia se ha convertido en un lugar dantesco que
afrenta no solo la memoria del independentista sino a todos los trabajadores y
visitantes de los 27 pisos del edificio. Un Palacio de Justicia anclado en una
letrina humana, visitado por juristas, abogados, académicos y litigantes de
todas las estirpes que, en su mayoría, pasan literalmente por encima del dolor
humano.
En las afueras, los familiares de
los encuevados, con pitos y cartulinas, intentan llamar la atención del público
sobre lo que ocurre en la mazmorra La Alpujarra. A mañana, tarde y noche piden
dignidad humana para sus hijos, que los traten como presos dignos y no como
escoria.
Aunque las leyes hablan de
dignidad los jueces ordenan su privación de libertad en contra de preceptos
constitucionales e internacionales que demandan un trato digno para todos los
internos de las cárceles. Los mismos que reclaman un salario digno son
incapaces de reconocer unas condiciones dignas para los procesados.
El sótano de La Alpujarra es una
muestra de la crisis penal que vive Colombia, por proteger los intereses de los
más pudientes, llevamos a la cárcel los ladrones de celulares y dejamos en la
impunidad los delitos contra la vida.
Medellín, 20 de mayo de 2013
* Abogado y docente universitario
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